Propuesta de currículum.
En primer lugar, para hablar de los
procesos de producción o creación voy a establecer la comparativa entre los
distintos tipos existentes:
- Espontánea: consiste en decirle al niño que haga algo, y éste lo hace de manera espontánea. En este proceso de creación no existe una pauta o solicitud.
- Inducida: no es hacer lo que el niño quiera, sino que de alguna manera le empujamos a que haga algo en la dirección que estamos trabajando pero sin establecer pautas.
- Dirigida: la criatura sigue los pasos que de alguna manera la actividad o la maestra le va guiando.
Sobre esto
se creó un debate en relación a si dar un folio y proponer al niño que dibuje
lo que quiera es establecer pautas o no. Personalmente opino que en esa
situación no das ninguna pauta en cuanto a lo que el niño debe dibujar se
refiere, pero sí que es cierto que otorgando al niño un folio ya estas
determinando o condicionando su acción. Digo esto porque creo que cuando dejas
a los niños que realicen un dibujo libre debe ser libre en todos los sentidos,
ya sea en cuanto a qué dibujar, como en material y técnicas.
Las
anteriormente nombradas formas de creación, son sólo formas de hablar ya que la
producción artística tiene muchos matices. Tenemos que ser conscientes de qué
grado de espontaneidad y libertad tiene cada actividad, no podemos meter las
actividades en un cuadro y señalar cuál es inducida o cual espontánea… La
palabra no es lo relevante, es el grado de espontaneidad. Con esta última
afirmación estoy totalmente de acuerdo ya que lo que importa no es la
clasificación de las actividades, sino el grado de espontaneidad con la que
somos capaces de afrontarla. Creo que la producción puede aparecer desde
diversas propuestas, pero lo importante es que tengamos conciencia de que hay
diferentes maneras de enfrentarnos a una producción, que no siempre tenemos que
recurrir a las mismas técnicas, sino que debemos buscar la originalidad y
dependiendo de lo que queramos representar o expresar busquemos la estrategia
más adecuada para ello.
En
educación infantil, hay que enseñar a los niños a que vayan tomando conciencia
de que una producción creativa también puede ser planificada. No toda
producción tiene que ser el resultado de la espontaneidad, sino que puede ser
el motivo de una programación y que el resultado final ya fuese previsto.
Destaca
Monet. Este artista investigó sobre el efecto de la luz. Cada día, según qué
tiempo hacia (sol, lluvia, etc.) pintaba, de manera que obtenía de una misma
imagen un montón de distintos puntos de vista con diferentes luces.
Tomando como punto de referencia a
este artista realizaría con mis niños una actividad
que diese pie a situaciones donde la luz interviniese y sería la protagonista.
Lo primero de todo, sería
aprovechar la luz que entra por las ventanas de nuestra clase. Durante el año,
la luz que entra en este espacio se va modificando, ya sea por los cambios
meteorológicos, o bien por la propia posición del sol a lo largo del día.
También utilizaríamos la luz artificial con el fin de que los niños pudiesen
comparar los distintos efectos y
posibilidades que ambas luces ofrecen.
Los reflejos de la luz solar que
entra por las ventanas pueden ser proyectadas en una pared o sobre una
vidriera, en materiales trasparentes, en cristales, espejos… y dependiendo del
tipo de luz, la observación y las posibilidades serán diferentes.
Hay momentos en que los rayos de sol
chocan y se descomponen originando imágenes fantásticas y de una gran belleza.
La luz sobre la pared, nos da la oportunidad para trabajar con las sombras de
nuestro propio cuerpo, con títeres… El espejo posicionado de una determinada
forma proyecta los colores del arco iris. También podríamos trabajar con
papeles de celofán de tal modo que podríamos crear un ambiente cargado de una
gran variedad de colores y realizar combinaciones, creando un ambiente mágico.
Para trabajar la luz en diferentes espacios, aparte de ser trabajado en el aula, saldríamos al patio para tener un contacto directo con los distintos tipos de luces que la naturaleza nos proporciona. Así, me gustaría que podríamos salir al patio (con una indumentaria adecuada, claro está) en días de lluvia, aparte de los días de sol, con la
intencionalidad de que los niños
pudiesen captar e interiorizar las diferentes luces. Mirar el cielo y
establecer comparaciones, ver los distintos reflejos que se crean en los charcos una vez amainada la
lluvia, que pudiésemos tumbarnos bajo un árbol en un día soleado para poder
apreciar los distintos matices y combinaciones…
Aprovechando el sol, en distintas
horas del día, trabajaríamos también las sombras; que los niños observasen que
según nos movemos éstas se hacen mayores o más pequeñas y que dependiendo de la
hora del día sus sombras no se encuentran en el mismo lugar.
En contraste con la luz natural,
también me gustaría trabajar la luz artificial que por ejemplo nos proporciona
una linterna. Así pues, invitaría a los niños que experimentasen distintos
modos de trabajar con esta herramienta. Enseñaría cómo haciendo un pequeño
agujero en un material opaco (por ejemplo el cartón), conseguimos que pase por
él un pequeño hilo de luz. Proporcionaría también distintos tipos de materiales
como papel de plata, de celofán, translucidos con el objetivo principal de que
viesen que la luz proyectada en distintos tipos de materiales, se transforma y
modifica.
Estas actividades relacionadas con
la luz, serían introducidas en un proyecto denominado “exploramos con la luz”.