CHEMA MADOZ
Chema Madoz es un fotógrafo español al que en el año 2000 le otorgaron el
Premio Nacional de Fotografía. Ha realizado numerosas exposiciones individuales
en las que destacan sus trabajos surrealistas en blanco y negro. Su obra recoge
imágenes extraídas de hábiles juegos de imaginación, en los que perspectivas y
texturas tejen sus imágenes.
En una entrevista que se le realizó en abril del 2001, Chema comentó que
la técnica la interesa una vez que le permita obtener los resultados que desea,
olvidándola de alguna forma después ya que considera que no hay que tenerla
presente.
En la misma entrevista menciona que
se considera fotógrafo ya que la construcción de la mayoría de sus objetos
están construidos con el objetivo de ser fotografiados. No hay un acabado
maravilloso, sólo un aspecto de ellos que vas a fotografiar es lo que funciona.
Una vez que son sacados de este contexto, funcionan en contadas ocasiones.
También recalca que en alguna ocasión, también le ha pasado que un objeto es de
lo más atractivo y sin embargo no funciona al ser fotografiado, cuando lo
normal es que ocurra lo contrario.
Chema Madoz
fotógrafo de acusada personalidad, descubrió un mundo de posibilidades a través
de la exploración de los objetos creando imágenes icónicas siempre en blanco y
negro.
Trabaja
también con la creatividad ya que los objetos dada su gran variedad de opciones,
ofrece la emergencia de ser trabajados de una manera distinta. Por ejemplo, las
ondas expansivas que se crean en el agua al lanzar una piedra de manera que se
creen numerosos conjuntos de ondas (tradicional juego del chipi-chapa), pueden
ser plasmadas del mismo modo en diferentes materiales y a partir de otros elementos; por
ejemplo marcando la silueta de platos de diferentes tamaños sobre la arena para
simula esas ondas expansivas.
Así
pues, el objetivo de sus obras es ver más allá descubriendo lo extraordinario
que hay dentro de lo cotidiano.
Sus fotografías responden a un boceto previo
mediante el cual pretende captar la impresión que estos objetos pueden causar,
a la vez que los utiliza como medio de inspiración. Un ejemplo de esto es la
huella de un pie sobre la arena que crea a partir de cantos rodados. Huella que
le inspiró su hijo un día en la playa y
que le hizo recapacitar de cómo podía ser trabajado.
En relación con la educación infantil, decir
que Madoz menciona que debemos recuperar la mirada infantil, esa mirada que
lamentablemente vamos perdiendo con la edad y que nos hace interpretar el
mundo, las cosas más insignificantes de una manera tan especial.
Los objetos de las aulas de educación infantil
no ofrecen posibilidades, se trata de un paisaje universal, cerrado,
estandarizado. Considero esto lamentable, ya que creo que es de vital
importancia que enseñemos a los niños a mirar con otros ojos que difieren de
los que están acostumbrados a utilizar y para ello es preciso que entrenemos la
mente, que entrenemos sus mentes. Ampliando el “campo de visión”, y lo pongo
entre comillas porque con ello me refiero a las diferentes maneras de mirar,
además de diversificar esas formas de observar, de mirar, generamos fantasía;
uno de los aspectos sobre los que anteriormente he reflexionado y que ya he
recalcado que me parece fundamental desarrollar en los más pequeños.
Como ya he mencionado anteriormente, la forma
de trabajar de Chema Madoz no puede ser trabajada de manera productiva dada su dificultad. Por lo tanto,
en una asamblea proyectaría a los niños diferentes obras de este artista y
veríamos el simbolismo que pretende con sus obras. Para que viesen de manera
más cercana las diferentes posibilidades que los objetos ofrecen, les enseñaría
un ejemplo juntando diferentes objetos de los que dispusiésemos en clase.